Cusco nació envuelto en misterio, allá lejos, en la noche de los tiempos, llena  de contornos heroicos aureolada de poesía, que sigue emergiendo irrestricta de sus lejanas cumbres, de sus lechos de aguas limpias, de sus verdes laderas, del azul intenso de su cielo, de la ingenua sonrisa de la muchachita nativa, adolescente. El Cusco actual es de pintura, sus calles son muestrarios vivientes donde camina la historia, aquí los tiempos pretéritos se hacen actuales en los nativos, vestidos en sus habitos tradicionales, en el suave tratar de los labriegos a la salida de sus llamas, para ingresar reverentes al Jatun Qosqo o Gran Cusco, ciudad sagrada de sus ante En Cusco se superponen  los palacios incaicos y casonas coloniales de enormes portadas, patios y arquerías; es la ciudad de barrocos campanarios lucen su esbeltez contrastes de luces sombras, en los tibios amaneceres y en los crepúsculos. Los turistas en su amistoso peregrinaje, dicen recibir el cálido mensaje del pasado.

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